Autoconsumo colectivo, ¿qué beneficios tiene para la industria?
España es uno de los países de la Unión Europea, junto a Portugal, con mayor potencial solar fotovoltaico. Cuenta con extensas regiones en Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha con un número de horas de sol anual muy superior al de otros países y con una disponibilidad de terreno excelente para el desarrollo de plantas de producción. Además, el autoconsumo colectivo se está consolidando como una opción viable y eficiente para maximizar los beneficios de este potencial solar, permitiendo que múltiples usuarios compartan instalaciones de generación energética.
Además, el autoconsumo solar se encuentra en una posición privilegiada. Esto permite a las empresas que desarrollan su actividad en el territorio beneficiarse de unos costes eléctricos muy competitivos si cuentan con instalaciones en sus cubiertas, en terrenos cercanos o incluso en marquesinas fotovoltaicas.
A nivel regulatorio, como ya indicábamos en el artículo “El autoconsumo fotovoltaico industrial y sus modalidades: con o sin excedentes”, la publicación del Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, supuso un cambio sustancial que abrió un nuevo abanico de posibilidades.
Entre otras modalidades, abrió la puerta al desarrollo del autoconsumo colectivo o compartido, al indicar que “un sujeto consumidor participa en un autoconsumo colectivo cuando pertenece a un grupo de varios consumidores que se alimentan, de forma acordada, de energía eléctrica que proveniente de instalaciones de producción próximas a las de consumo y asociadas a los mismos”.
Esto significa que el autoconsumo colectivo o compartido permite a un grupo de empresas o consumidores ubicados en la misma zona geográfica compartir una misma instalación de generación de energía renovable, generalmente solar fotovoltaica. La energía generada se distribuye entre los participantes según su consumo y los acuerdos establecidos entre las partes.
Beneficios del autoconsumo colectivo industrial
El autoconsumo fotovoltaico es rentable cuando la energía se produce y consume, como norma general, en el mismo punto. Esto permite descongestionar tanto la Red de Transporte (RdT) como la Red de Distribución (RdD), además de que permite al consumidor ahorrar cargos, peajes y otros costes por el uso de dichas redes.
- Reducción de la factura eléctrica: El autoconsumo permite a las industrias reducir significativamente sus costes energéticos, obteniendo un ahorro que puede llegar hasta el 70% de la factura.
- Certidumbre económica: Es posible conocer cuánto va a producir la instalación fotovoltaica y qué porcentaje va a poder auto consumir el cliente (o los clientes) de antemano, lo que facilita la planificación económica de sus costes energéticos.
- Independencia energética: El autoconsumo colectivo reduce la dependencia de las industrias de las fluctuaciones del precio de la energía en el mercado mayorista.
- Mejora de la sostenibilidad: Las industrias que optan por el autoconsumo colectivo contribuyen a la lucha contra el cambio climático y a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Mejora de la imagen corporativa: Las instalaciones de autoconsumo se asocian con una imagen corporativa responsable y comprometida con la sostenibilidad, lo que puede ser un factor diferenciador en el mercado.
Además, el autoconsumo colectivo es especialmente interesante en localizaciones con una alta concentración de industrias o empresas. Por ejemplo, en polígonos industriales, centros logísticos, mancomunidades de regantes, en el sector agroalimentario o incluso en zonas cercanas a núcleos urbanos donde se pueda conectar un autoconsumo colectivo entre industrias y municipios.
Imaginemos, por ejemplo, un centro logístico con una decena de empresas cuyo consumo es reducido de manera individual. Podría desarrollarse una instalación en la cubierta de una de las empresas y que se adhiriesen el resto, beneficiando a todo el polígono de un coste reducido en su factura eléctrica.
Si bien es cierto que el autoconsumo colectivo presenta todavía una baja penetración respecto al individual, tanto los decisores públicos como la sociedad y las propias empresas están apostando por un futuro en el que la producción y gestión energética sean compartidas.
Entidades como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) están, además, tomando medidas para facilitar la puesta en marcha de autoconsumos colectivos, agilizando los trámites y creando mesas de trabajo para un despliegue más rápido y continuado.
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Autor: Carlos De Sande Inyesto, BD & PPA Manager, Distributed Solar & Storage (DSS)